martes, mayo 10, 2005

¿Por qué espiritual?

. martes, mayo 10, 2005

Por Pablo Emilio Buitrago

Los periodistas somos cazadores incorregibles. Salimos diariamente a cazar noticias. Escudriñamos en las “fuentes” de información, siempre atentos a las pistas que nos lleven al hecho novedoso, aquél que está allí esperando para ser contado por un periodista que tenga “olfato” para descubrirlo y darle forma de primicia.
Para ser precisos, no todos viven en esa cacería, pero sí la mayoría. Nos atrapa lo anecdótico, lo curioso, lo insólito, lo absurdo, lo que está fuera de lo común. Algunos, que no olvidan su vocación primigenia, buscan la información que sirve a la gente, que trasciende, que despierta, que le aporta a la vida.

Pero, no nos digamos mentiras: la noticia que más vende es la muerte, la tragedia, el dolor, el escándalo. “Vende”, un concepto comercial que unido a lo noticioso se convierte en espectáculo. Y hay suficiente público para eso. Por suerte, todavía un grupito de periodistas soñadores seguimos pensando que la información es un bien público; que no sólo las noticias “malas” son “buenas”; que el periodismo también construye comunidad.

Pero incluso el periodismo mejor intencionado se queda en lo externo, en el ropaje de los acontecimientos. Muchas veces no va más allá del registro. Los que más lejos avanzan, investigan y tratan de profundizar para encontrar el porqué, hacen seguimiento por un tiempo, relacionan hechos, esbozan procesos, analizan, proyectan y brindan un contexto de los hechos a las audiencias para que ellas saquen sus conclusiones. Sobre los “hechos”, reales, verificables, contrastables, tangibles.

¿Y qué hay de lo invisible? ¡Señales de alarma! ¿Un periodista hablando de lo invisible? ¿De lo espiritual? Eso está bien para los predicadores, dirán algunos. Y así pensaba yo hasta hace poco, cuando comprendí que también hay verdades intangibles que pueden ser comunicadas. Porque eso somos: comunicadores. Mensajeros en el mejor sentido de la palabra.

Esto que yo llamo Periodismo Espiritual pretende en cierta forma escudriñar esa parte de la realidad del ser humano, que si bien no es evidente en principio, sí existe. No olvidemos que el ser humano es mente, cuerpo y espíritu. Entonces, ¿Por qué dejar de lado el relato periodístico de una parte importante de nuestro ser?
Así, de entrada, pienso que habría dos maneras de entender el ejercicio del Periodismo Espiritual:
Uno, Sobre lo espiritual, es decir, sobre las manifestaciones de la espiritualidad, que incluyen lo religioso como fenómeno sociocultural, pero que va más allá de lo religioso. Un periodismo sobre lo espiritual se abre al diálogo de corrientes religiosas y movimientos espirituales de cualquier tipo, a las expresiones externas de la espiritualidad: símbolos, rituales, etc. En este sentido, podría considerarse como tema, sin apartarse de las formas tradicionales del periodismo, aunque considero que la temática misma daría lugar a la innovación en la forma de abordarla.

Dos, Desde y En lo espiritual. Es un concepto más complejo y, sin duda, discutible. Como “mensajero”, el periodista espiritual está en capacidad de comunicar espiritualidad con la palabra. Esto es, convertirse en puente entre el espíritu y la mente, entre la fe y la razón, entre la fuerza interior del ser humano y su entendimiento. Yo lo considero válido. Algunos dirán que en este caso el periodista deja de serlo, para volverse predicador. Desde mi punto de vista, todos somos en cierta forma predicadores. Cada uno tiene una verdad que expresa, comparte y, llegado el caso, está dispuesto a defenderla, con argumentos o sin ellos. De hecho, los periodistas predicamos como valores “la veracidad”, “la imparcialidad”, “la independencia profesional” y todos, o casi todos, estamos dispuestos a luchar por la defensa de la libertad de expresión y de prensa, por considerarlo un derecho fundamental conquistado por la humanidad. Y no faltan ejemplos de heroísmo en esta causa que, por desgracia, ha cobrado la vida de periodistas ilustres. Son valores, son intangibles, que se materializan en el quehacer diario del periodista.

Personalmente, si tengo que elegir entre una objetividad sin alma y una subjetividad responsable, prefiero la segunda. El periodista no debe temerle a lo subjetivo, siempre que sea honesto al expresarlo.
Algo concedo de antemano a la crítica: No puede haber Periodismo Espiritual sin algo de fe; sin que se acepte que también la revelación, es una forma de conocer. Por eso, sé que varios no estarán de acuerdo con este planteamiento, pero quiero dejarlo ahí y seguir profundizando en él. Y, por qué no, llevarlo a la práctica.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta tu propuesta sobre el Periodismo espiritual pero creo que hay que ir más allá de un periodismo, sino a la comunicación como tal. Por eso te recomiendo que leas el libro: "Effatá "Ábrete", de Carlos Maria Martini, lo venden en la librería San Pablo, y encontrarás de donde nace la comunicación esa profesión que tú adelantas que alimentas y te alimenta, cada vez logras en verdad comunicar, llegar, amar.

Algunos trocitos del texto para que te animes a leerlo: "La comunicación auténtica no es solo una necesidad para la supervivencia de una comunidad civil, familiar o religiosa. Es también un don, una meta por alcanzar, una participación en el misterio de Dios, quien es comunicación". "El hombre está hecho para comunicarse y para amar: Dios lo hizo así. Esto explica la inmensa nostalgia que cada uno de nosotros tiene por poder comunicarse a fondo y auténticamente". "La semejanza con Dios permite el diálogo con él, mientras la creación de hombre y mujer pone desde el principio a toda persona humana en situación dialógica con sus propios semejantes".

La comunicación nace de Dios, comunicarse es amarse, por eso esa inquietud tuya por explorar sobre esa verdad que llevamos todos en nuestro ser y que le ponemos tantas etiquetas. Dios quiera que con tus artículos toques a muchos "obreros de la comunicación masiva" para que se encuentren a ellos mismos y al prójimo y por supuesto a Dios. Total esa es nuestra misión como cristianos (comunicadores) llevar la Buena Noticia a todos los sitios a tiempo y a destiempo, porque la verdad no se puede ocultar y más cuando te quema las entrañas si no la compartes, la explicas y llevas.

Sigue adelante con tu compromiso espiritual, Dios te bendiga el Espíritu Santo te de Sabiduría y la Virgen te proteja. Con esto que estas haciendo pienso en San Pablo (tu santo no?) todo lo que hizo, dijo, sufrió y logró...si tu oras como yo creo que ustedes lo hacen pídele a San Pablo que te ayude para sacar adelante este proyecto tan lindo
Un abrazote,
Marjorye.
maravicar@hotmail.com